Tuvimos el honor de documentar una hermosa boda en Bizkaia, una celebración del amor entre dos almas migrantes: Heury, un cariñoso brasileño, y Haydeé , una radiante nicaragüense. Desde el primer encuentro, pude sentir la conexión. La conexión necesaria que una pareja debe sentir con su fotógrafo de bodas.
Los preparativos de Haydeé tuvieron lugar en el Gran Hotel Silken de Durango junto a sus amigas, hubo momentos muy guais llenos de risas y emoción, mientras Heury se preparaba en casa.
La ceremonia se llevó a cabo de forma civil en el ayuntamiento de Durango, Bizkaia, un lugar sencillo pero lleno de encanto. A pesar de que ambos bromeaban diciendo que no sabían posar y que “salían mal en las fotos”, la verdad es que capturé momentos auténticos que reflejaron su felicidad. Fue un regalo ver cómo, poco a poco, se olvidaron de la cámara y se sumergieron en su día, disfrutando cada instante.
La comida fue también fue en el Gran Hotel Silken de Durango, donde una vez más, nos trataron de diez. Entre el buen hacer del hotel y la calidez de las familias hicieron que nos sintiéramos como en casa.
La celebración en el hotel estaba limitada hasta las 22:00 y la fiesta continuó en otro local, donde la alegría y la música no dejaron de fluir. ¡Mucha sangre latina en la sala!
Como emigrantes en el País Vasco, compartimos una conexión especial. Todos nosotros, lejos de nuestras tierras, encontramos en esta boda un sentido de pertenencia y unión. La amabilidad y la generosidad de Heury y Haydeé hicieron que me sintiera parte de su historia, y estoy inmensamente agradecida por la oportunidad de documentar un día tan importante en sus vidas.
¡Les deseo toda la felicidad del mundo en su nueva aventura juntos!
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